El embrague puede patinar por falta de presión en la prensa, desgaste en las pastillas de fricción del disco, fugas de aceite o grasa que penetra en la prensa, disco y volante, altas temperaturas que cristalizan las pastas de los discos o por carga excesiva del vehículo.

El embrague zapatea por que el disco esta dañado o torcido, la prensa esta descalibrada o porque el volante está mal rectificado y no se despega el disco parejo.

Si al pisar el embrague se oye ruido, puede ser que el cojinete de empuje esté roto, o que las levas, diafragma o plaquetas con excesivo desgaste rocen con el rodamiento.
Si el ruido se oye al liberar el embrague, puede estar dañado el porta láminas del disco, su maza, o alguno de los muelles.
Las pastillas están muy desgastadas y los remaches rozan con el volante o la placa.

El conjunto de embrague (disco, prensa y volante) está desequilibrado. Esto es habitual, sobre todo, en vehículos diseñados para la competición y vehículos grandes, que desarrollan altos regímenes de vueltas.